Tuesday, September 7, 2010

Bogotá, el corazón de una nación

El 6 de agosto pasado, Bogotá celebró el cuadringentésimo septuagésimo segundo aniversario de su fundación por el conquistador español Gonzalo Jiménez de Quesada. Esta fecha es la más importante de la historia nacional porque el cordobés colocó la capital de la colonia sobre el núcleo cultural chibcha dando origen a una nueva nación que desde ese momento se fue amalgamando racial y culturalmente como base indiscutible de la nacionalidad colombiana.

Sin lugar a dudas, Bogotá es una de las capitales de América mejor situadas. A diferencia de otros conquistadores que fundaron ciudades cerca del mar para facilitar la comunicación con la metrópoli, Jiménez de Quesada la fundó en un punto lejano de las costas lo que dificultó su desarrollo hasta bien avanzado el siglo XX cuando, con el inusitado progreso de las comunicaciones aéreas, la capital aumentó su condición de centro político, cultural, económico y religioso del país.

Es también digno de admiración el tesonero empeño de los españoles en no abandonar por ningún motivo esa pequeña aldea perdida en los Andes y de difícil acceso terrestre desde los puertos marítimos, por ser la topografía del Nuevo Reino de Granada agreste e inhóspita. Su fundación fue tan importante para la Corona española que no dudó en elevar la Gobernación del Nuevo Reino de Granada a nivel de Virreinato, ante la necesidad estratégica de colocar en esta región de sus dominios americanos un jefe militar, con la categoría de capitán general, que atendiera desde Santa Fe cualquier amenaza a sus plazas fuertes del Atlántico y del Pacífico. La autoridad del virrey era tal que se desempeñaba como Gobernador en lo político, como Capitán General en lo militar, como Presidente de la Real Audiencia en lo judicial y como Superintendente de la Real Hacienda en lo administrativo. Por ello, la elevación del Nuevo Reino de Granada a la categoría de virreinato, con capital Santa Fe, confirmó el acierto de Don Gonzalo.

Durante la República ha habido varios descabellados intentos de privar a Bogotá de la designación de capital del país. Iniciada la época republicana con la creación constitucional de la República de Colombia en 1821, Bolívar pensó en construir una capital en la parte norte de la frontera con Venezuela que llevara el nombre de Las Casas en homenaje al Protector de los Indios, el Obispo de Chiapas Bartolomé de Las Casas. La iniciativa se malogró por diversos motivos y Bogotá mantuvo su categoría de capital de la nueva nación, que no era otra cosa que la reestructuración bajo el sistema republicano del primigenio Virreinato de Nueva Granada mediante la unión de Nueva Granada y Venezuela, sin mencionar a Ecuador porque era parte integrante del virreinato granadino.

Más tarde, el general Tomás Cipriano de Mosquera lanzó la idea de colocar la capital del país en Mariquita, propuesta que no prosperó, y después en la Convención de Rionegro, un participante, cuya identidad no consta en las actas, dijo que era conveniente trasladarla a la ciudad de Panamá. Algún convencionista contradictor comparó la forma de Colombia con un gallo en la que el Estado de Panamá era el cuello y afirmó que al colocar la capital del país en la ciudad de Panamá y producirse una separación quedaría despescuezado el gallo. La proposición no se discutió y la separación de Panamá en 1903 le dio la razón al convencionista de marras, cuya opinión debería recordarse y ser motivo de reflexión cuando se hable de regionalización o de creación de una nueva capital.

Hoy en día, Bogotá es indudablemente el corazón geopolítico del país con una fuerza centrífuga de irradiación sobre el territorio nacional y una fuerza centrípeta de atracción de las regiones sobre ese núcleo central. Ciudad con más de seis millones de habitantes, la capital de Colombia además de ser el centro político y religioso, se ha convertido en el primer núcleo industrial del país y en el principal mercado de intercambio de manufacturas, no sólo para los habitantes del Distrito Capital sino para los de los municipios de departamentos aledaños, haciendo de Bogotá un importante foco de intercambio que se amplía paulatinamente y que se va consolidando y aumentando con el desarrollo de otras ciudades.

Aún más, Bogotá es el corazón de toda la región, por haber sido el centro de la raza chibcha y de su expansión en la extensa área macrochibchana, la sede del Virreinato de la Nueva Granada, la capital de la República de Colombia desde su erección en 1821, y por su creciente importancia geopolítica en todos los órdenes. A su alrededor, el territorio de la república continuará expandiéndose hacia el sur, hacia el norte y hacia el oriente en un proceso de integración y consolidación que conformará un sólo Estado en la gran región habitada por la raza primigenia.